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Andar en bicicleta: una sana costumbre

Más allá de ser una moda para algunos, andar en bicicleta por la ciudad es sumamente beneficioso para nuestra salud y para el medio ambiente. Tonifica y fortifica los glúteos, previene dolores lumbares, sana articulaciones y ayuda a no tener várices. conocé, los beneficios de este hábito placentero y anotá los tips para no perderte nada.

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Andar en bicicleta ayuda a proteger el sistema inmunológico de las personas favoreciendo la producción de endorfinas (hormonas de placer que nos desestresan), además de funcionar como un transporte ecológico rápido que reduce el tránsito y no contamina el aire.

Bicicleta: beneficios para la salud

  • 10 minutos de pedaleo ayudan a mejorar los músculos, la circulación y las articulaciones.
  • 20 minutos fortalecen el sistema inmunológico.
  • 30 minutos mejoran la función cardíaca.
  • 50 minutos reducen el metabolismo.

Consejos a la hora de subirse

Si la idea es pedalear por la ciudad, es indispensable el uso de casco, porque aunque haya ciclovías o bicisendas, los autos y peatones aún no las respetan enteramente.
Para andar durante la noche es esencial portar objetos o cintas reflectivas en la parte trasera de la bici o en la mochila.
Llevar muda de ropa para cambiarse, en caso de recorrer distancias largas que provoquen sudoración.

Pedalear con frío

Antes de guardar la bicicleta en invierno, lo mejor es adecuarse a la temperatura y no romper el hábito. No es necesario esperar hasta la primavera para salir de nuevo si se tienen en cuenta algunos simples consejos:
Utilizar distintas pieles: el hecho de vestirse en capas combinando distintas ropas como camisetas “primera piel” y otros tejidos, ayuda a mantener la temperatura corporal intacta. No se aconseja algodón en la primera capa, pero sí remeras de poliéster que hacen que la transpiración se exteriorice y el cuerpo siga caliente.
La segunda piel es la encargada de mantener un microclima cálido donde la transpiración no se acumule. Y para ello, el polar es una buena opción, pero no debe ir pegada al cuerpo, tiene que respetar cierta distancia con la primera para que cumpla bien su función.
La última piel o capa externa, tiene la función de protegernos del clima exterior y a su vez de permitir la salida de la transpiración hacia fuera del cuerpo. En este caso las camperas de membrana microporosa cumplen con este trabajo satisfactoriamente.
Por último, los pies y manos, que son el termómetro del cuerpo deben mantenerse cálidos. Para poder sentir el manubrio, hay que optar por guantes que no se resbalen. Los clásicos guantes de lana no son los indicados, pero se puede optar por usar debajo unos de lycra.

Fuente: salud.com.ar