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Desde Gastrosud, viandas en Mendoza, te invitamos a leer esta breve nota y a informarte acerca de cuales son 5 alimentos que te ayudarán a estar de mejor humor!

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Cereales con leche
La vitamina B1 o tiamina, conocida como la vitamina del ánimo, está presente en los cereales integrales y los lácteos. Es necesaria para que el cerebro produzca un neurotransmisor cerebral llamado serotoina y relacionado con el estado de ánimo. De ahí que un tazón de leche con cereales y frutos secos nos ponga de muy buen humor.

Arándanos y salmón
Los arándanos, las fresas, el te, las nueces y el salmón ejercen un efecto positivo en nuestro estado de ánimo. ¿Pero qué tienen en común? Según ha demostrado recientemente Karina Martinez-Mayorga, investigadora de la Universidad Autónoma de México, todos contienen componentes del sabor estructuralmente muy similares al ácido valproico, un medicamento antiepiléptico que también se usa también para suavizar los cambios de humor de personas con trastornos maníaco depresivos y trastorno bipolar.

Helado de chocolate
Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Maryland, tanto el chocolate como los helados contienen triptófano, un aminoácido que nos calma y reduce la agresividad, aumentando la producción de serotonina, también conocida como la hormona del bienestar.

Frutas y verduras
Según un estudio dado a conocer en la revista Journal of Health Psychology, los días en que comemos más frutas y verduras nos sentimos más relajados, más felices y más energéticos que los días que ingerimos menos cantidades. El estudio indica que la gente joven necesita comer entre 7 y 8 servicios de estos alimentos al día -cada dosis sería media taza o el tamaño que cabe en la palma de tu mano”. Boonie Ahite, coautora del trabajo, asegura que un modo sencillo de hacerlo es que la mitad de cada plato principal contenga verduras y que en las comidas de media mañana o media tarde tomemos una pieza de fruta entera, por ejemplo una manzana.

Ensalada de algas marinas
Las algas marinas son ricas en iodina, un nutriente esencial del organismo que se requiere para el funcionamiento del tiroides y cuyo déficit causa cansancio y depresión.

Fuente: muyinteresante.es

El colesterol en exceso es bien conocido por su problemática para la salud coronaria y por considerarse un factor de riesgo de infarto e ictus, entre otros episodios vasculares. Los mensajes para la prevención de este trastorno se dirigen más a difundir los alimentos contraindicados, cuyo consumo regular aumenta los niveles plasmáticos de colesterol. El mensaje positivo necesario es promocionar los alimentos aliados, que por su composición química y en función de un consumo ordinario y en una cantidad específica ayudan a controlarlo.

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El mayor interés para el consumidor es conocer los componentes de los alimentos y los modos por los que estos son capaces de reducir el colesterol plasmático y, al mismo tiempo, aprender maneras de consumirlos, con el fin de integrarlos de forma habitual en los menús diarios. En las distintas comidas de cada día deberían estar presentes los alimentos “aliados”, combinados con el resto de los que conforman la dieta:

La avena. Aúna en su composición un conjunto de sustancias cuyo efecto ha demostrado la reducción de las tasas de colesterol plasmático: grasas insaturadas (no mucha cantidad, pero sí de buena calidad, como el ácido graso esencial linoleico), avenasterol, fibra y lecitina. El avenasterol es un fitosterol con capacidad de disminuir la absorción de colesterol en el intestino, al igual que la lecitina.Ideas para consumir avena: la forma tradicional de comer avena es en copos, mezclada con frutas, leche oyogur. Los copos de avena sirven también para espesar cremas y purés y para dar sabor y consistencia a una sopa de verduras.

La cebada. La cebada comparte con la avena su riqueza en un tipo de fibra soluble, los betaglucanos, que han demostrado ser eficaces en la reducción del colesterol-LDL, el perjudicial. Los efectos hipocolesterolemiantes del consumo de avena o cebada como alimento han sido poco evaluados; sí está más estudiado el efecto de los concentrados de betaglucano. Nuevas investigaciones se centran en el tocotrienol, una forma de vitamina E con potente efecto antioxidante, localizado en las cáscaras de los granos de cebada, avena y arroz, en este último cereal integral, es más abundante. Los ensayos clínicos con sendos compuestos se han realizado en forma de complemento dietético, no como alimento, si bien los consumidores habituales de arroz integral, de avena y de pan integral o de salvado, se beneficiarán de estos efectos.Ideas de platos con cebada: a la cebada en grano se le puede dar el mismo tratamiento culinario que al arroz, aunque le cuesta más cocerse. Algunas propuestas para probar este saludable cereal son una menestra de verduras salteada con cebada, en ensalada con arroz salvaje, calabacín y bonito o en sopa con lentejas.

Las legumbres. Algunos fitoquímicos de las leguminosas están implicados de forma directa en la reducción del colesterol sérico y en la prevención de la formación de la capa de ateroma que degenera en enfermedades cardiovasculares. Las lectinas favorecen el transporte de colesterol sanguíneo y su metabolismo y reducen así el riesgo de acumulación en las paredes de las arterias. Las saponinas disminuyen la absorción de colesterol en el tracto digestivo, por lo que su aportación también es beneficiosa. Además, las legumbres tienen fibra e isoflavonas con efectos positivos demostrados en las dislipemias.Ideas para consumir legumbres: en ensalada, en sopas, cremas, en forma de paté vegetal como el humus elaborado con garbanzos, guarnición de carnes o pescados.

La berenjena, la okra y frutas como manzanas, uvas, fresas y cítricos. El efecto hipocolesterolemiante de estos vegetales se debe en parte a su aporte de fibra, un compuesto que limita y retrasa la absorción intestinal del colesterol, al favorecer la mezcla con los ácidos biliares y que el conjunto se elimine por las heces. La okra es una hortaliza poco o nada conocida en nuestro entorno, que destaca por su riqueza en fibra soluble y mucílagos. Se come cocida, cruda en ensalada o deshidratada.

Los frutos secos, en particular las nueces. Las nueces suponen un aporte interesante de ácido alfa-linolénico, que el organismo transforma en ácidos grasos omega-3 y contiene también fitosteroles, ambos reconocidos por su papel en la reducción del colesterol. Ideas para consumir frutos secos a diario: además de comer un puñado de nueces a diario (4-6 unidades), hay otras formas apetitosas de incorporar y alternar los frutos secos a la dieta: añadirlos a las ensaladas, a platos de arroz, pasta y cuscús, probar las cremas de untar de frutos secos (cacahuete, avellana, semillas de sésamo), preparar dulces y postres que los lleven (bizcochos, magdalenas, compotas).

Los aceites vegetales, entre los que destaca el aceite de oliva. Este último es rico en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico), vitamina E y fitosteroles, todos ellos compuestos cardioprotectores.Idea sana: disponer en la despensa siempre de una botella de aceite de oliva virgen extra, el tipo de aceite de mayor calidad nutricional, y emplear un poco cada día para aliñar las ensaladas y las verduras, acompañar al pan tostado del desayuno, etc.

La soja. El consumo habitual de soja como leguminosa (o como aceite) aporta una cantidad significativa de grasa de alta calidad nutricional -ácido linoléico y oleico-, lecitina e isoflavonas con repercusiones beneficiosas para el organismo por su eficacia reductora del colesterol sérico. Las isoflavonas, en especial la genisteína, una de las más abundantes en la soja, han demostrado ejercer una acción inhibitoria de la agregación plaquetaria y una actividad antioxidante sobre las lipoproteínas de alta densidad (LDL), lo que ayuda en la disminución del colesterol plasmático.Ideas para consumirla: la soja en grano se puede preparar hervida o guisada, como cualquier legumbre. A partir de ella se obtienen multitud de derivados como los brotes germinados de soja, la bebida de soja, el tofu, el tempeh, el tamari o salsa de soja, el seitan -que por su aspecto se conoce como “carne vegetal”- o el miso o pasta fermentada, elaborada con las semillas de soja y que da sabor y cuerpo a sopas o cremas.

El pescado graso. Los pescados azules tienen de media unos diez g de grasa rica en ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega-3, como el DHA (docosahexaenoico) y el EPA (eicosahexaenoico), reconocidos por su capacidad para disminuir los triglicéridos plasmáticos, aumentar la vasodilatación arterial, reducir el riesgo de trombosis y la tensión arterial. Todos estos efectos se postulan como protectores de las enfermedades cardiovasculares. No obstante, su efecto sobre los niveles de LDL-colesterol y HDL-colesterol depende del tipo de paciente y de sus niveles iniciales de colesterol.Ideas para ingerir omega-3: los expertos nutricionistas aconsejan un consumo de pescado azul fresco de dos a tres veces por semana, de 140 g por ración por persona y día. Es obligada la presencia en los menús semanales de pescados azules como las sardinas, boquerones o anchoas, atún, bonito, salmón, verdel o chicharro.

Fuente: http://www.consumer.es/

El humor y su manifestación fisiológica, la risa, alivian tensiones en situaciones comprometidas y producen muchos beneficios al organismo. Te invitamos a leer esta interesante nota!

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La  risa es un comportamiento ampliamente analizado por la comunidad científica desde hace décadas. El humor, en cambio, revela mucho más acerca de cómo pensamos, sentimos y nos relacionamos con los demás.

Gracias a las modernas técnicas de neuroimagen, sabemos que el humor se origina en un área denominada central de detección de errores. Está localizada casi en el centro del cerebro, justo encima del cuerpo calloso que conecta los hemisferios izquierdo y derecho. Desde esta posición, puede supervisar el resto de regiones, cada una de las cuales está especializada en una actividad, como pueden ser la visión o el lenguaje. Cuando nos cuentan un  chiste, las ondas sonoras de las palabras viajan en forma de impulsos eléctricos al cerebro: “¿cómo se esconde un elefante en un cerezo?”. El hemisferio izquierdo empieza a ordenar la información mientras intenta acertar el final lógico de la historia. Por otra parte, se activa una pequeña zona en el hemisferio derecho que nos permite imaginar la narración desde una perspectiva absurda. También necesitamos las áreas implicadas en el procesamiento del lenguaje y la memoria a corto plazo. Entonces llega la resolución del chiste: “se pinta las uñas de rojo”. Esa incongruencia, ese final inesperado rompe con nuestras expectativas. La central de errores es la encargada de sincronizar lo lógico y lo ilógico de la narración, según explica Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra. Pero una cosa es que una chanza nos sorprenda y otra muy distinta que nos parezca divertida. Al lograr detectar el error, el cerebro obtiene una recompensa a través de la liberación de dopamina, la conocida como hormona de la felicidad. Entonces es cuando se desencadena la risa. “El sentido del humor requiere una mente ágil y flexible, ya que los procesos de entender el chiste, encontrarlo divertido y reírse se sincronizan muy rápido”, asegura la experta.

El humor, por tanto, activa sentimientos positivos, pero no elimina necesariamente los negativos. De hecho, en circunstancias trágicas, como un funeral, a veces somos incapaces de reprimir la risa. Aunque pueda parecer una grosería, no es más que una manera de abordar emociones encontradas. Incluso nos puede ayudar a conectar con los demás en momentos de tensión. La investigadora Lisa Rosenberg, del Rush University Medical Center de Chicago, ha estudiado cómo ayuda el humor en trabajos que requieren tomar decisiones rápidas y precisas. En uno de sus estudios pidió a setenta profesionales del servicio de urgencias en un hospital que describieran cómo aflojaban la tensión en su día a día. Y hacer ocurrencias macabras sobre los pacientes demostró ser muy útil. “El acto de bromear nos da un descanso mental y aumenta nuestra objetividad ante una situación de estrés abrumador”, concluía Rosenberg en su estudio. Aunque algunas personas piensan que el humor negro pone de relieve lo peor del comportamiento humano, nos fascina hacer gracias de mal gusto. No hay más que ver lo poco que tardamos en inventar chascarrillos cuando ocurre una tragedia colectiva.

¿Chistes sobre el 11-S?

Scott Weems, autor del libro Ja. La ciencia de cuándo reímos y por qué, reflexiona sobre las bromas que circularon a cuenta de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York: “El aspecto realmente importante es que revelan nuestros auténticos sentimientos acerca del incidente. Hay cólera, naturalmente, pero también frustración y, esporádicamente, irreverencia. […] Reflejaban lo que la gente quería decir: ‘No me digáis cómo tengo que sentirme. Soy capaz de reconocer una tragedia cuando la veo sin que me lo recuerden las veinticuatro horas del día en las noticias’”. El humor y su manifestación más corriente, la risa, no solo son útiles como mecanismo de defensa psicológica, sino que también aportan beneficios a nuestro organismo. En primer lugar, porque troncharse es un ejercicio aeróbico: cien carcajadas equivalen más o menos a entre diez y quince minutos de bicicleta estática. También es saludable porque “produce la aceleración del ritmo cardíaco y un aporte de oxígeno al cerebro”, afirma Moratalla. “Las personas con humor –continúa– tienen un sistema inmune más sano, sufren un 40 % menos infartos y viven cuatro años y medio más de media”. La base de esta teoría la encontramos en estudios como el que se efectuó hace algunos años en la Universidad de Maryland, en EE. UU. Los médicos recomiendan hacer ejercicio de manera regular, porque dilata los vasos sanguíneos, lo cual a su vez mejora la irrigación del cuerpo y vuelve más estable la circulación. O sea, el mismo efecto que provoca la risa. Para demostrarlo, los investigadores hicieron que veinte voluntarios presenciaran la escena inicial de una película estresante como Salvar al soldado Ryan y una comedia tontorrona como Vaya par de idiotas.

Después de ver la primera, catorce personas experimentaron una reducción en el calibre de las arterias. En cambio, tras contemplar los gags de Vaya par de idiotas, todos mostraron una mejora del flujo sanguíneo de más del 20 %. Por eso, muchos científicos recomiendan reírse un mínimo de quince minutos al día. Esta actividad también parece servir como analgésico, según un equipo del Allegheny College, en Pensilvania. Los científicos averiguaron que el sufrimiento por una descarga eléctrica es menor si antes se ha visto una comedia. Es más, según otro trabajo dirigido por el profesor Lee Berk, de la Universidad de Loma Linda, en California, el efecto calmante es visible con solo anunciar a los sujetos de estudio que van a disfrutar de un vídeo cómico. La explicación se encuentra en que la risa estimula la producción de endorfinas, consideradas como una especie de morfina natural del organismo.

“Está claro que tanto la risa como el humor no curan por sí solos, pero son beneficiosos para enfermedades en las que el umbral del dolor está por los suelos, como la fibromialgia, y también en trastornos del ánimo o cuadros ansiosos y depresivos”, asegura el doctor Manuel Arias Gómez, coordinador del Grupo de Humanidades de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Por eso, la llamada  risoterapia se emplea como complemento para algunos tratamientos. Y cada vez son más los hospitales que cuentan con voluntarios, normalmente artistas –payasos, magos, cuentacuentos, músicos, actores…–, que dan calidez al frío entorno sanitario. Los Doctores Sonrisa de la Fundación Theodora, los Pallapupas, los Payasos sin Fronteras y los profesionales de Sonrisa Médica son solo algunos ejemplos de esta tendencia en nuestro país.

Begoña Carbelo, doctora en Psicología, lleva años investigando la relación entre salud y humor y su aprovechamiento por el personal sanitario. “Creo que todavía no se valora la posibilidad de ayudar a los pacientes mediante estados emocionales que les permitan desviar la atención de su situación”. Esta profesora del Centro Universitario de Ciencias de la Salud San Rafael-Nebrija, en Madrid, defiende que cada vez se hacen más necesarios proyectos de este tipo, y reivindica que se les dé la entidad que merecen. “Está demostrado que funcionan: los pacientes se animan y evolucionan más favorablemente. Y no solo en el ámbito infantil: también surte efecto con adultos y ancianos”. Y es que el humor es, junto con el deporte, una buena alimentación y unos hábitos de vida saludables, la mejor medicina que existe.

Fuente: muyinteresante.es

El Ministerio de Salud publicó una nueva guía con 10 consejos para llevar una buena alimentación elaborada por un amplio panel de referentes en la temática alimentaria a nivel nacional.

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Desde la cartera sanitaria sostienen que “las guías alimentarias adaptan los conocimientos científicos sobre requerimientos nutricionales y composición de los alimentos, en una herramienta práctica que orienta a la población para una correcta selección y consumo de alimentos”.

En la elaboración de la guía trabajó un panel de expertos conformado por especialistas de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición, la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas, del Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil, de la Sociedad Argentina de Nutrición Clínica, del Centro de Estudios sobre Economía y Estudios de la Alimentación (CEPEA) y de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA). También participaron referentes del ámbito académico y de organismos públicos como el Instituto Nacional de Alimentos (INAL/ANMAT) y de los ministerios de Desarrollo Social y de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Los 10 consejos:

1) Incorporar a diario alimentos de todos los grupos y realizar al menos 30 minutos de actividad física.

La recomendación incluye la realización de cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) en las que se deben incluir verduras, frutas, legumbres, cereales, leche, yogur o queso, huevos, carnes y aceites). Las porciones deben ser moderadas, hay que comer tranquilo y en lo posible acompañado. Preferir alimentos preparados en casa en lugar de procesados.La actividad física puede ser moderada continua o fraccionada todos los días para evitar el sedentarismo.

2)  Tomar a diario ocho vasos de agua.

Beber al menos dos litros de líquidos al día, sin azúcar, preferentemente agua. No esperar a tener sed para hidratarse. Y usar agua segura para cocinar y lavar alimentos.

3) Consumir a diario cinco porciones de frutas y verduras en variedad de tipos y colores.

Una buena regla para incorporarlos: medio plato de verduras en el almuerzo, medio en la cena y dos o tres frutas a lo largo del día. Optar por vegetales de estación (son más accesibles y de mejor calidad). El consumo de frutas y verduras habitual disminuye el riesgo de padecer obesidad, diabetes, cáncer de colon y enfermedades cardiovasculares.

4) Reducir el uso de la sal y el consumo de alimentos con alto contenido de sodio.

Cocinar sin sal y limitar el agregado en el plato. Tip: evitar el salero en la mesa. Se puede reemplazar por condimentos varios (pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano, etc.). Los fiambres, embutidos y alimentos procesados (caldos, sopas y conservas) contienen elevada cantidad de sodio. Leer las etiquetas antes de comprar. Disminuir el consumo de sal ayuda a prevenir la hipertensión, las enfermedades vasculares y renales, entre otras.

5) Limitar el consumo de bebidas azucaradas y de alimentos con elevado contenido de grasas, azúcar y sal.

Limitar el consumo de golosinas, productos de pastelería y copetín, bebidas azucaradas (y de azúcar agregada a las infusiones), manteca, margarina, grasa animal y crema. En caso de consumirlos, elegir porciones chicas. El exceso predispone a la obesidad, hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares, entre otras.

6) Consumir diariamente, leche, yogur o queso, preferentemente descremado.

Incluir tres porciones al día de leche, yogur o queso (preferentemente blandos y con menor contenido de grasas y sal). Este grupo de alimentos es fuente calcio, necesario en todas las edades.

7) Al consumir carnes, quitarles la grasa visible, aumentar el consumo de pescado e incluir huevo.

La porción de carne diaria equivale a la palma de la mano. Frecuencia semanal ideal: pescado, dos veces o más; otras carnes blancas, dos veces; y carnes rojas hasta tres veces. Cocinar bien, hasta que no queden partes rojas o rosadas para evitar enfermedades transmitidas por alimentos. E incluir hasta un huevo por día si no se consume la suficiente carne.

8) Consumir legumbres, cereales preferentemente integrales, papa, batata, choclo o mandioca.

Las legumbres (arvejas, lentejas, soja, porotos y garbanzos, entre otros) y cereales (arroz integral, avena, maíz, trigo burgol, cebada, centeno, etc.) son una buena alternativa para reemplazar la carne en algunos platos. Lavar bien la papa y la batata antes de la cocción y cocinarlas con cáscara.

9) Consumir aceite crudo como condimento, frutas secas o semillas.

Utilizar dos cucharadas al día de aceite crudo. Optar por otras formas de cocción antes que la fritura. En lo posible, alternar de girasol, maíz, soja, girasol alto oleico, oliva y canola). Usar al menos una vez por semana un puñado de frutas secas sin salar (maní, nueces, almendras, avellanas, castañas, etc.) o semillas (chía, girasol, sésamo, lino, etc.).

10) El consumo de bebidas alcohólicas debe ser responsable.

Los niños, adolescentes y mujeres embarazadas no deben consumirlas. Evitarlas siempre al conducir.

Fuente: doctoradriancormillot.com

Las semillas son una magnífica fuente de proteínas, fibra, vitaminas del complejo B, vitamina E, calcio, fósforo, potasio y hierro, además de ser ricas en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Son uno de los alimentos de cabecera de los vegetarianos estrictos que no consumen carne y lácteos y desean tener una alimentación balanceada y completar las necesidades de aminoácidos esenciales.

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Además las semillas son ricas, cómodas, nutritivas y con poca grasa saturada. Sin embargo es bueno tener en mente que, si bien tienen nutrientes muy valiosos, también tienen muchas calorías, por lo que es aconsejable moderar su consumo.

A continuación te presentamos algunas semillas y sus principales beneficios:

– Semillas de sésamo: son una excelente fuente de proteínas, calcio, niacina y hierro. Mezclada en la sal las semillas de sésamo molidas son un magnífico condimento para tus comidas.

– Semillas de lino: estas semillas son una muy buena fuente de ácidos grasos omega 3 y fibra. Te recomendamos molerlas e incorporarlas en yogures, batidos y otras bebidas.

– Semillas de girasol: las semillas de girasol son ricas en fósforo y potasio. Son ideales para aderezar ensaladas.

– Semillas de calabaza: tal vez menos conocidas que las anteriores, las semillas de calabaza son ricas en fósforo, hierro, zinc y proteínas. Además de ser muy nutritivas son perfectas para dar sabor al arroz y a las ensaladas.

Una buena recomendación es utilizar las semillas en la preparación de galletas y panes, aunque también es posible encontrar en el mercado una gran variedad de galletas multicereal con diversos tipos de semillas. Ante cualquier duda te aconsejamos consultar a un especialista en nutrición para organizar tu alimentación en base a tus necesidades y objetivos.

Autor: Salud.com.ar

Existen alimentos que por su composición tienen efectos hormonales que promueven la felicidad, desde Gastrosud, viandas para empresas en mendoza, te invitamos a conocerlos:

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La felicidad, científicamente hablando, puede resumirse en la liberación de endorfina y sertonina, hormonas que regulan el sueño, la sensación de tranquilidad, la alegría, la experiencia de bienestar y de armonía. Algunos componentes presentes en alimentos pueden predisponer al organismo a la liberación de las mismas, estos son los hidratos de carbono combinados con el triptófano.

El triptófano es un aminoácido que junto a la fenilamina y la metionina tienen un impacto en el conjunto llamado “estado anímico”. Ahora, este componente sólo puede ser asimilado y sintetizado por el cuerpo humano sólo si se ingiere con hidratos de carbono (presentes en los cereales, el camote o la papa, entre otros).

Conocer esto no es una formula de la felicidad asegurada. Muchas veces, cuando las personas están tristes tienden a consumir alimentos dulces, ya que existe una exigencia por parte del cuerpo de este tipo de componentes, pero esto puede implicar un bajón anímico fuerte y complicaciones para la salud.

Los alimentos ricos en zinc, vitamina B, el maní, los alimentos con proteínas, ácidos grasos con omega 3, frutas y verduras, el chocolate, el gingseng, y semillas como las de girasol o zapallo, poseen en diversos grados triptófanos.

Es importante tener en cuenta que esto no es una cura ni un tratamiento para la depresión, esta debe ser tratada por un especialista de la salud mental; la alimentación y los hábitos alimenticios son un factor que incide directa e indirectamente en el estado mental, pero frente a un cuadro diagnosticado sólo un profesional de la salud puede guiar a su paciente.
Fuente: salud.com.ar

Llevar hábitos saludables es esencial para mantenernos sanos y en forma más allá de la edad que tengamos. Seguir una vida saludable, en definitiva, nos hace tener una vida mejor. Desde Gastrosud, viandas en Mendoza, te acercamos  una lista de 10 hábitos saludables que nunca deberías dejar de lado.

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Te aseguramos que si logras convertirlos en parte de tu estilo de vida te sentirás con mucho más energía y con más juventud. Es sólo cuestión de estar dispuesto y poner voluntad para cumplirlos en la medida que nos sea posible.

Beber bastante agua

Se dice debemos beber al menos 8 vasos de agua diariamente. Beber agua limpia y purifica al organismo por dentro, elimina las toxinas, nos ayuda a digerir mejor los alimentos, acelera el trabajo del metabolismo (lo que puede ayudarnos a bajar de peso) y, por si fuera poco, mejora el aspecto de la piel y cabello.

Consumir alimentos ricos en fibra

Una alimentación saludable no debería dejar de lado los vegetales, las frutas frescas, los granos enteros, los frijoles, las nueces, los frutos secos, las semillas crudas y otros alimentos que sean fuentes de fibra.  ¡Intégralos día a día!

Hacer ejercicio regularmente

Lo imaginabas, ¿no? Practicar actividad física varias veces por semana es, sin duda alguna, uno de los hábitos saludables que deberíamos cumplir. Ya sabemos de sobra que la actividad física es un aspecto infaltable para mantenernos saludables. Sin embargo, debemos ejercitarnos de forma prudente. Caminar a diario o levantar pesos livianos de forma frecuente es más recomendable que realizar ejercicios aislados de alto impacto.

Reducir el consumo de grasa

Nos referimos a las grasas saturadas o grasas trans (las “grasas malas”) presentes básicamente en la llamada comida chatarra. Las investigaciones demuestran que lo mejor es que las grasas ocupen alrededor del 25- 30% de las calorías ingeridas totales. La gran mayoría de grasas que ingieras deben ser grasas saludables como los ácidos grasos omega-3.

Limitar la sal

Consumir demasiado sodio propiciará la retención de agua y una presión arterial alta, lo que puede llevarnos a sufrir hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. Poco a poco, ve disminuyendo la sal de tus comidas. Por experiencia propia te digo que es sólo cuestión acostumbrarse.

Dormir unas 7 horas al día

Dormir es una de las funciones más importantes de nuestro organismo y no deberíamos descuidarla. Es durante las horas de sueño cuando nuestro cuerpo se recupera de la actividad del día. Por tal motivo, tómate el descanso como una prioridad para mantenerte saludable y con energías.

Eliminar los hábitos negativos

Dile adiós al consumo excesivo de cafeína y otros estimulantes. Ni que hablar de abandonar el consumo de alcohol y si eres fumador, ¡abandonar el cigarrillo! Intenta reemplazar los malos hábitos con nuevos hábitos saludables. Te sentirás mucho mejor al corto plazo y tu organismo te lo agradecerá con el paso de los años.

Deshacerse de los carbohidratos refinados

Los alimentos con grandes cantidades de azúcar no son recomendables si queremos llevar una dieta nutritiva. Si bien no está mal darnos un gusto de vez en cuando no deberíamos excedernos con este tipo de alimentos.

Mantener un peso saludable

Un exceso de peso así como una rápida pérdida de kilos no es recomendable para tu organismo. Abandona la idea de recurrir a las pastillas para adelgazar y a la dieta de moda. Sólo necesitas cumplir con ciertos hábitos saludables para lograr la figura que tanto deseas.

Reducir el estrés

En mayor o menor medida, todos vivimos situaciones de estrés alguna vez y lo consideramos algo normal. De hecho se lo llama el “mal del siglo”. Sin embargo, eso no quita que sea grave: el estrés perjudica nuestra salud mental, emocional y física. Intenta combatir el estrés para vivir más sano y feliz. Aunque no lo creas, hay miles de formas de luchar contra este mal.

Fuente: imujer.com

Todo se basa en cambiar un poco la manera en que nos alimentamos, incorporar comidas sanas y gastar más calorías de las que se ganan, a través de la actividad física, para que la grasa vaya desapareciendo, además de ir fortaleciendo nuestro corazón y estar en forma.

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Alimentación saludable para ponerse en forma

La regla de oro es saber cuántas calorías ingieres diariamente y poder hacer ejercicio cada día de manera tal que se gasten más calorías de las que se ingieren. Así será posible quemar la grasa que sobra, además de ir encontrando un estado físico fuerte y resistente, y mucho más saludable por consiguiente.

No es necesario dejar de comer esos alimentos que tanto nos gustan, sino cambiar la forma en que los consumimos. Por ejemplo, si te gusta la mantequilla de maní, puedes adquirir las variedades más naturales y eliminar el aceite que se va acumulando en la parte superior. De esta forma vas a evitar consumir un alto procentaje de las grasas brindadas por este este alimento.

Al hablar de otros hábitos alimenticios saludables, comer alimentos ricos en fibra es consumir alimentos con menos calorías y mucho más saludables. Si tomamos de 12 a 20 gramos de fibra al día, el cuerpo absorverá menos calorías de las que incorpora sin ingerir fibras.

Si eliminamos las comidas nocturnas o evitamos comer después de la cena, dejaremos de consumir un exceso de calorías innecesarias para el organismo que se va a descansar y que, inevitablemente, va a acumular.

Otro de los hábitos saludables para ponerse en forma y tener un buen estado físico, se trata de comer muy despacio, masticando bien los alimentos, además de tratar de beber dos litros de agua al día siempre entre comidas.

Ejercicio a diario para ponerse en forma

Una buena y variada sesión de ejercicio en casa o en el gimnasio al día, de tal forma que vayamos tonificando nuestros músculos, es un importante aporte para ponerte en forma.

No dudes en realizar tus deportes favoritos con amigos cada vez que tengas oportunidad: cuanto más frecuentemente, mucho mejor. Si te gusta bailar, podrás realizar sesiones de baile diarias con la música que te gusta. Es otra buena y divertida forma de hacer deporte y de ponerse en forma.

Los beneficios de caminar una hora al día sigue haciendo de las caminatas uno de los ejercicios para ponernos en forma más saludables. Una hora diaria andando a buen ritmo es un excelente ejercicio para realizar, quizás, hasta para ir al trabajo o regresar de él.

Estos son algunos de los consejos diarios para ponerte en forma que puedes seguir. Claro que si tienes otras recomendaciones, no dudes en ponerte en contacto con nosotros!

Fuente: vivirsalud.com

La alimentación es clave para tu desempeño a la hora de realizar cualquier tipo de ejercicio. Desde Gastrosud, viandas para empresas en Mendoza, analizamos cuáles son las mejores opciones para incorporar tras una sesión de ejercicio.

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La buena alimentación es clave para tener una vida más saludable, tanto para aquellas personas que realizan ejercicio a diario como para aquellas más sedentarias. Sin embargo los del primer grupo deben saber cuáles son las mejores maneras de recuperar la energía invertida durante la actividad física, como así también saber identificar aquellos productos que es mejor evitar.

Lo cierto es que, más allá de que seas un maratonista o un atleta de fin de semana tratando de mantener tu peso a raya, luego de hacer ejercicio es necesario darle a nuestro cuerpo todo lo necesario para reponerse del esfuerzo realizado.

Qué alimentos elegir?

Para elegir qué alimentos vamos a ingerir luego de realizar actividad física es importante tener en cuenta ciertos factores, como es el horario en el que nos ejercitamos: si lo hacemos bien temprano en la mañana o al anochecer podemos inclinarnos por un desayuno saludable o una cena balanceada.

Si tu rutina de ejercicios ocurre entre comidas, lo mejor es tener algo que ayude a reponer glucógeno, un polisacárido de reserva energética, con algo de proteína para reparar el músculo.

Diversos estudios concluyen que la mejor forma de alimentarnos luego de hacer actividad fiaacute;sica es incorporar una combinación de carbohidratos y proteína. A continuación te presentamos algunos ejemplos:

– Fruta con nueces y semillas
– Yogur con nueces
– Leche chocolatada (investigaciones demuestran que es una excelente bebida para reponer energías)
– Granola
– Barra de proteínas (con una correcta combinación de carbohidratos y proteínas)

Qué comer antes y durante el ejercicio?

Es importante entender que nuestro cuerpo necesita de una buena alimentación para poder responder a las exigencias que demanda cualquier actividad física. Por eso es esencial aportarle todo lo que requiere a través de las comidas.

Fuente: www.salud.com.ar

La vida es sólo un instante,  es necesario aprovechar el presente al máximo y disfrutar de cada momento. Es necesario internalizar esta perspectiva de vida y ponerla en práctica. ¡Es momento de aprovechar que la vida es un regalo!

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No es difícil perderse entre las presiones del trabajo, el estrés familiar y las actividades cotidianas. Por el contrario, resulta muy sencillo perder el foco, cambiar la perspectiva, y sobredimensionar aspectos de la vida que realmente no deberían tener un lugar protagónico.

Comunicarnos hoy

Uno de los principales aspectos que se ven hoy golpeados por la agitada vida que exige nuestra sociedad es la comunicación. A pesar de que estemos todo el tiempo en contacto a través de las redes sociales, las computadoras y los teléfonos celulares, realmente estamos cada vez menos comunicados entre nosotros.

¿Cuántas veces esperamos a que algo extraordinario ocurra para permitirnos expresar lo que sentimos? ¿Cuántas familias emiten palabras sordas y pasan años sin decirse el uno al otro lo importantes que son, lo mucho que valen para ellos?

Desafortunadamente debemos encontrarnos en circunstancias especiales para abrir el corazón y dejar salir lo que sentimos: enfermedades, momentos duros y viajes son algunos de los disparadores que nos llevan a exteriorizar algunas de las cosas que tenemos dentro.

Es imprescindible entender que no existen días en vano y comprender que cada instante cuenta y debe ser aprovechado. No hay peor sensación que la que se experimenta cuando despedimos a alguien sin poder decirle todo lo que deseábamos expresar. ¿Por qué esperar a ese punto? ¿Por qué no disfrutar de cada día abrazando a los que más queremos, haciéndoselos saber?

Sin arrepentimientos

La vida está llena de oportunidades, grandes y pequeñas. La vida está llena de lecciones, de aciertos y fracasos. De los éxitos se disfruta y de cada derrota se aprende, y mucho. En nosotros está alcanzar una vida llena de logros en lugar de sufrir por aquellas cosas de las que nos arrepentimos.

A continuación te presentamos algunas claves para disfrutar el presente y aprender a comunicarnos:

Aprovechar el presente

Cada día que vivimos es un regalo único y debemos atesorarlo. La elección de disfrutar cada instante en forma responsable está en nosotros y es esencial entender que la vida es frágil y no está garantizada, nuestro paso es fugaz, pero no por ello deja de ser importante para un gran número de personas, cuyas vidas tocamos de una u otra forma.

No dejar pasar oportunidades

Desaprovechar una oportunidad por miedo es un gran error. Somos los únicos responsables cuando se trata de dejar pasar oportunidades. La vida continúa y si no somos capaces de comunicarnos, amar, animarnos a crecer y luchar por lo que queremos, nadie lo hará por nosotros.

Todos tenemos un propósito

Descubrimos nuestro propósito a medida que hacemos nuestra vida. Debemos aprender a estar en paz con nosotros mismos y entender que tenemos las herramientas necesarias para alcanzar lo que nos propongamos. No hay que temer vivir la vida al máximo y apostarlo todo sin reproches, ya que parte de la belleza de la vida es ese riesgo que corremos al entregarnos por completo.

Fuente: http://www.salud.com.ar